El buen vendedor vende orden y el gran fotógrafo descontrol
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Querido Diario:
Desde mi adolescencia aprendí a desviar esos ganchos de soledad, que a tantas familias de fotógrafos noqueo en aquellos tiempos, sobre todo en los años 80, la ausencia y la sobreprotección crearon vínculos innegociables con algunos libros, revistas, discos y películas que alimentaron pero confundieron mi visión del mundo, fue así que intente comprender a mi Padre, con mi planeta de simios quieto y el universo girando alrededor nuestro, la K1000 se desempolvaba, la democracia comenzaba a incomodar y ya nada era igual.
Me he dado cuenta estos últimos días, que la fotografía necesita urgentemente más destellos de humanidad, el estilismo en las personas no son más que rasgos mecánicos del ego, tanto que los sentimientos se mezclan con la belleza únicamente, satirizando e imponiendo castigo a las emociones, el vendedor se preocupa más de que el cliente se vaya descargado antes de que se lleve un recuerdo perdurable y no hablo del detalle físico del trabajo sino del tiempo de utilidad emocional que le dé al trabajo de uno, en fin hoy en día el fotógrafo que no use "Photoshop y/o Lightroom" no es considerado profesional, ese clasicismo acabó por cerrar la hermosa fábrica de chocolate de la magia en la fotografía de sociales.
Yo por mi parte he tratado por todos los medios posibles de cargarle un poco más de caradurez y humanidad a La Sardina, dejando la mía en cada una de mis sesiones y bodas, uniendo mis emociones a las de mis clientes, hablando con ellos y de ellos y por supuesto de mí, de todo aquello que el mundo nos motiva y de lo que por momentos nos aplasta.
Es así que he descubierto que el buen vendedor vende orden y el gran fotografo descontrol (su descontrol) ¿Qué es más humano para vos? ¿Qué es más emocionante por Dios!!!?.
Gery.
